Cualquiera que haya pasado un día duro en el oficina sabe lo agotador que puede llegar a ser devanarse los sesos sen...
Cualquiera que haya pasado un día duro en el oficina sabe lo agotador que puede llegar a ser devanarse los sesos sentado en una silla. Tanto es así que llegamos a casa con la sensación de estar físicamente cansados. Curiosamente este cansancio no tiene base fisiológica, sino que está producido por nuestra propia percepción de habernos esforzado mucho.
Un estudio dirigido por Samuele M. Marcora, de la Universidad de Kent, arroja unos datos bastante interesantes sobre la diferencia entre la fatiga mental y la física. El estudio consistía en poner a dos grupos de sujetos a realizar distintas actividades durante el mismo período de tiempo. Al primer grupo se le puso a resolver puzzles complejos en un videojuego. Al segundo simplemente fue puesto a ver documentales sobre trenes y coches.
A continuación, ambos grupos fueron puestos a pedalear intensamente sobre bicicletas estáticas. El resultado es que los que habían estado ejercitando su cerebro se declaraban exhaustos antes de que lo hicieran los que tan sólo vieron documentales.
El estudio tuvo en cuenta todo tipo de variables fisiológicas y midió desde el azúcar en sangre hasta la frecuencia respiratoria o cardíaca, el consumo de oxígeno o la presión sanguínea, pero no pudo encontrar una correlación fisiológica clara que explicara que el grupo de los que pensaron más se mostrara más cansado.
El cerebro es uno de los órganos que más oxígeno y energía consume del organismo para su tamaño. Sin embargo, el estudio puntualiza que este consumo es contínuo independientemente de la actividad mental que realicemos. El cerebro necesita esa energía simplemente para funcionar y pensar más no implica aumentos excepcionales en el consumo de glucosa u oxígeno.
El estudio concluye que los esfuerzos mentales prolongados y la fatiga mental que provocan están sólo en nuestra cabeza. Marcora define la fatiga mental como un estado psicobiológico que altera nuestra percepción del ejercicio y afecta a nuestra motivación. Al final, no es que estemos físicamente cansados, pero sentimos que nos hemos esforzado tanto que eso hace que estemos cansados de todas maneras.
COMENTARIOS