PARECEN MOVERSE SOLAS Unas rocas se mueven por el desolado paraje cuando nadie las mira. ¿Qué las empuja? AMÉRICA VALENZUELA / QU...
PARECEN MOVERSE SOLAS
Unas rocas se mueven por el desolado paraje cuando
nadie las mira. ¿Qué las empuja?
AMÉRICA
VALENZUELA / QUO 2013-07-29
Hay un
lugar en la Tierra donde sucede algo muy extraño. Es Racetrack Playa en el
Parque Nacional del Valle de la Muerte (Estados Unidos). Allí las rocas se
mueven. Enormes bloques de piedra se deslizan sobre el suelo como
si alguien, un ser invisible, las empujara. Son muchos los científicos que han
estudiado el caso y aunque han conseguido describir con minuciosidad el
fenómeno no han dado con una explicación contundente. Tampoco nunca nadie ha
visto a las rocas en movimiento.
El Valle
de la Muerte es una cuenca desértica situada en la parte más seca, calurosa y
baja del sureste de California. Llega a los 86 metros por debajo del
nivel del mar. Racetrack Playa está rodeado por un anillo montañoso de casi
5 kilómetros. Es ahí y solo ahí donde las piedras se mueven, explica América
Valenzuela en su blog Cóctel de Ciencias.
Las rocas son simples dolomitas procedentes de las
montañas circundantes. Muchas se mueven tan rápido como una persona caminando.
Otras viajan por parejas de tal manera que dejan un rastro parecido a los
surcos de un coche. La mayoría pesan poco, alrededor de 4 kilos,
pero otras tantas alcanzan los 15 kilos. Hay una enorme, apodada Karen, que
pesa 300 kilos.
Fueron los geólogos Jim McAllister y Allen Agnew
los que observaron por primera vez en la década de los 40 del siglo
XX las extrañas rocas cuando elaboraban un mapa de la zona. Años más
tarde, en 1952, el geólogo Thomas Clement fue hasta el lugar para estudiar el
extraño suceso. Cuando emprendió las observaciones una tormenta eléctrica le
sorprendió y tuvo que refugiarse. A la mañana siguiente había amainado y salió
a investigar.
Vio el camino que habían dejado marcado algunas
rocas en sus movimientos. La mayoría iban en la dirección del viento, de
suroeste a noreste, así que asumió que el fenómeno estaba provocado por el
viento que empujaba las rocas sobre el barro húmedo. Sin embargo, no encontró
ninguna correlación entre el tamaño de la roca y la longitud de las huellas.
Desde entonces los estudios científicos se han
sucedido con conclusiones de lo más variadas. Por eso el fenómeno despierta la
suspicacia. De las rocas movedizas se ha dicho de todo. Su movimiento se
ha atribuido a extraterrestres, anomalías magnéticas y gravitacionales,
corrientes de agua desconocidas o a un sucio truco para atraer turistas.
En 2010 científicos de la NASA hicieron un estudio
exhaustivo. Han descartado que las rocas se muevan por efecto de pequeños
movimientos sísmicos, por un animal o por un simple efecto de la gravedad, es
decir, que estuvieran deslizándose porque el terreno estuviera inclinado.
Tampoco han registrado en la zona niveles anormales de radiación o algún campo
magnético exagerado.
La conclusión a la que han llegado es
que el viento es la fuerza que mueve las rocas sobre el suelo
con una fricción mínima. El roce con el suelo disminuye por efecto de una
combinación variable de factores, entre los que figuran la humedad, el hielo
que a veces se forma por las bajas temperaturas de la noche o las bacterias que
crean una capa deslizante en el suelo. Los vientos de hasta 150 kilómetros /
hora que arrecian la zona pueden explicar el movimiento de algunas rocas, pero
no, por ejemplo, de la pesada Karen. Así que el misterio aún está sin resolver.
Libertad
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