Vapor USS Nashville de la Marina Norteamericana. Después de los sucesos históricos de los días 3 y 4 de noviembre de 1903, proclamada la in...
Después de los sucesos históricos
de los días 3 y 4 de noviembre de 1903, proclamada la independencia y
conformada la Junta Provisional, era imperante asegurar la independencia en la
ciudad de Colón, debido a la amenaza de la presencia militar colombiana del
‘Batallón Tiradores', integrado por 500 caucanos, experimentados en hacer
correr la sangre, dirigidos por el coronel Eliseo Torres, quien reclamaba la
libertad de los altos militares apresados en Panamá.
Hay que señalar que el coronel
Torres dio un ultimátum de dos horas para la liberación de los generales Tovar
y Amaya apresados en Panamá, amenazando con asaltar el tren para trasladar las
tropas a la ciudad capital e incendiar la ciudad colonense.
En los célebres hechos acaecidos
en Colón durante estos primeros días de noviembre, es menester rendirles
honores a los patriotas colonenses, liderados por Porfirio Meléndez y a la
determinación de su hija Aminta Meléndez de tan solo 17 años. Tampoco debemos
olvidar la templanza de Eleazar Guerrero, Orondaste Martínez, Carlos Clemente y
Juan Antonio Henríquez, quienes realizaron esfuerzos para disuadir al coronel
Torres de retirarse a Colombia.
Ante la presencia militar
estadounidense con el barco de guerra ‘Nashville', la retirada del cañonero
‘Cartagena', el aislamiento del coronel Torres y la presión de los
independentistas colonenses, se logró que este militar accediera a retirarse
con su tropa, solicitando la suma de ocho mil dólares. Suma de dinero que se
consiguió con un préstamo que hizo la Compañía del Ferrocarril. Posteriormente
los colombianos, en ocasión de la Segunda Conferencia entre colombianos y
panameños, celebrada en Colón; como un acto de buena fe y con el interés de que
se desistiera de la independencia, devolvieron tres mil dólares no gastados.
A las 7:25 de la noche, el vapor
Orinoco, con los oficiales y soldados colombianos, tomó rumbo a Cartagena.
Antes, Juan Antonio Henríquez envió un telegrama a la Junta Provisional de
Gobierno, que decía: ‘Solo ahora, 6:30 p.m., puede decirse está asegurada la
independencia de Panamá'.
El Concejo Municipal de Colón,
por unanimidad en sesión del 5 de noviembre de 1903, resolvió adherirse: ‘al
acto de separación de los pueblos del Istmo, de la República de Colombia para
fundar un Estado independiente bajo la nominación de República de Panamá'.
Los habitantes del distrito de
Buenavista, hicieron una manifestación de adhesión, el 5 de Noviembre de 1903,
donde reconocen como: ‘un deber indeclinable, no solo unirse y aceptar tan
grandioso acontecimiento, sino jurar al pie de la nueva bandera, fidelidad
absoluta a las nuevas instituciones'.
El 5 de noviembre también se
adhirió a la independencia el Concejo Municipal de Donoso, el que resuelve:
‘Dar un voto de aplauso o adhesión al movimiento separatista iniciado en la
ciudad Capital, y contribuir eficazmente al afianzamiento y estabilidad de la
República de Panamá'.
También los habitantes y el
Concejo Municipal de Chagres se adhirieron a la declaración de independencia de
la nueva República de Panamá, por medio de un sinnúmero de firmas. Igualmente
lo hicieron los Concejos Municipales de Gatún y Portobelo entre otros.
El día 6 de noviembre, en
presencia de todas las autoridades panameñas, cónsules de diversos países,
varios oficiales estadounidenses, principales comerciantes y el pueblo
colonense, se izó la bandera panameña en el Palacio de la Prefectura de la
Provincia de Colón.
El papel de la ciudad de Colón en
el glorioso episodio de nuestra independencia no culminó el 5 de noviembre. En
los intentos de Colombia para el reintegro de Panamá, tuvieron lugar en Colón
dos conferencias o diálogos.
La primera Conferencia en Colón
se desarrolló el 17 de noviembre, a bordo del navío estadounidense ‘Mayflower',
donde la delegación colombiana estaba encabezada por el señor Insignares y en
representación de Panamá participaron Tomás Arias, Eusebio A. Morales y Carlos
Arosemena. La delegación colombiana llamó a la reintegración por medio de
solemnes promesas de atender los intereses y derechos de Panamá. La parte
panameña criticó al Gobierno de Colombia por no haber valorado la trascendencia
de la independencia, apoyada por todo el Istmo y reconocido por los Estados
Unidos, países de Europa y otros del continente americano. Este diálogo terminó
en un rotundo fracaso.
Unos días después, el 20 de
noviembre, se desarrolló una segunda Conferencia en Colón, a bordo del buque
‘Canadá' de la armada de los Estados Unidos. Por Panamá intervinieron Tomás
Arias, Carlos Arosemena, Carlos A. Mendoza, Antonio Zubieta y Nicanor A.
Obarrio. En esta ocasión la parte colombiana ofreció trasladar la capital de la
República de Colombia a Panamá, adoptar el Gobierno federal y que los millones
que proporcionaría la aprobación del Tratado Herrán-Hay estarían a disposición
de Panamá. La comisión panameña sostuvo que era irrevocable la independencia,
de ahí que resultó infructuosa una vez más la reversibilidad de la
independencia; siendo Colón el escenario de estas conversaciones históricas.
Luis J. Ceballos M.
Historiador
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