Ricardo Caballero Práctico del Canal de Panamá El buque de guerra norteamericano USS Independence transitó el canal de Panamá este nueve de ...
Ricardo Caballero
Práctico del Canal de Panamá
El buque de guerra norteamericano USS
Independence transitó el canal de Panamá este nueve de enero en dirección sur.
El mismo estaba programado para utilizar las esclusas de Gatún, pero, debido a
su configuración y especiales características la Autoridad del Canal consideró
que sería más seguro si el buque subía al lago Gatún por las nuevas esclusas de
Agua Clara. No obstante, el comandante de la embarcación precisó tener
instrucciones explícitas de que su buque transitaría por las viejas esclusas a
pesar de las recomendaciones de los prácticos abordo. Luego de más de una hora
de deliberaciones y recurrentes llamadas telefónicas por parte del comandante
de la nave con sus superiores para obtener una autorización para cambiar el
procedimiento el USS INDEPENDENCE zarpó del muelle 16 en Cristóbal hacia las
esclusas de Agua Clara bajo una intermitente llovizna. Desde el alerón de
estribor del buque presencié como nuestro emblema nacional era arreado. Supuse
por un momento que lo estaban bajando porque, tal vez, lo habían izado
invertido, algo que comúnmente sucede con nuestra bandera. Me di cuenta sin
embargo que el plan simplemente era prescindir del mismo, mientras que la
bandera norteamericana permanecía a tope de asta. Un sentimiento de indignación
me invadió en ese momento y con mucho respeto, aunque con toda la firmeza
envestida en mi cargo, me dirigí al personal que ya se disponía a engavetar
nuestro símbolo patrio. ¿Qué hacen? ¿Por qué bajan la bandera panameña? Me di
cuenta de que mis preguntas incomodaron a los marineros. No supieron que
responder. Les aclaré, casi en el mismo tono en que se da una orden, que
nuestra bandera debería permanecer izada durante la travesía de la embarcación
por las aguas de nuestro canal. Sin más demora nuestro pabellón volvió a lo
alto, justo al lado del de ellos, regiamente ondeando. Y el buque transitó por
las nuevas esclusas, unas esclusas nacidas de nuestra propia iniciativa. Unas
esclusas que además forman parte de nuestro canal ampliado, el cual fue
construido bajo nuestra administración. Un canal ampliado nacido en los albores
de un nuevo Panamá, de un Panamá soberano. De un Panamá cuyo cerro Ancón vuelve
a guardar las huellas de nuestros pasos, gracias a la gesta de 1964.
La indignación que sentí me hizo
reflexionar acerca del profundo sentimiento patriótico que debieron haber
experimentado los panameños, especialmente aquellos jóvenes estudiantes que
entregaron su vida, aquél 9 de enero de 1964. Es imaginable la frustración, el
dolor, y la impotencia que sufrió el pueblo panameño ante tal humillación. No,
no podría yo permitirme que nuestro emblema fuese arreado cuando el de ellos
permanecía izado. No en nuestro canal, no en nuestra tierra, y no por la
memoria de los mártires.
No considero la violencia la mejor vía
para resolver un conflicto, pero estoy seguro de que si hubiese sido testigo de
los acontecimientos de aquel entonces hubiese clamado porque se me facilitase
un arma para defender lo que siempre ha sido nuestro. La experiencia de hoy me
hace comprender aún mejor el significado del 9 enero. Considero que nuestros
jóvenes de hoy deben ser mejor informados en el tema para que se sientan
identificados con su país. Para que lo cuiden, trabajen por él, y sobre todo lo
defiendan de los nuevos invasores que desde adentro pisotean el legado de
nuestros mártires: los corruptos.
Algunos dirán que la soberanía no se
come, yo opino que es mejor una comida de pobre cargada de dignidad que un
exquisito manjar colmado de humillación. Viva Panamá, vivan los panameños
decentes, y vivan siempre en nuestra memoria los mártires del 9 de enero.
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