EL MUNDO.es La 'sisa', una droga aparentemente muy dañina que 'te hace querer matar' Se calcula que...
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- La 'sisa', una droga aparentemente muy dañina que 'te hace querer matar'
- Se calcula que hasta 25.000 griegos tienen serios problemas con las drogas
- La incidencia del VIH por droga inyectada aumentó un 1.500% de 2010 a 2011
Héctor Estepa | Atenas
Actualizado viernes 07/06/2013 13:15 horas
Una nueva asesina 'pasea' por las calles de Grecia. Se llama 'sisa' y se ha convertido en una de las drogas preferidas de los 'sin techo' helenos. Puede llegar a ser mortal en unos meses, dicen quienes la utilizan. Se comercializa en forma de polvo y suele consumirse fumada. Su precio es el mayor secreto de su éxito: la dosis vale tan sólo dos euros.
Uno de los efectos colaterales de la grave crisis económica helena ha sido el descenso de poder adquisitivo de sus habitantes. Quienes antes tenían muy pocos recursos ahora disponen de menos aún. Lo mismo ha sucedido en el mundo de la droga.
A la 'sisa' se le conoce ya como la 'cocaína de los pobres' o la 'droga de la austeridad'. Ha llegado a la opinión pública helena tras la publicación de un reportaje en la web norteamericana 'Vice', donde varios adictos relatan sus experiencias con el novedoso estupefaciente.
"Su ingrediente básico es la metanfetamina y sus efectos incluyen insomnio, alucinaciones y agresividad", explica a ELMUNDO.es Jaralabos Poulopoulos, director de Kethea, el mayor centro antidroga de Grecia. "Te hace querer matar", dice uno de los consumidores a 'Vice'.
Para las autoridades es precisamente ese aumento de la violencia del individuo uno de los efectos más preocupantes de la 'sisa'. "No está claro si se produce por la metanfetamina o por la privación del sueño", señala Poulopoulos. "Hay muchos testimonios de adictos sobre muertes resultantes del uso de 'sisa'", añade. Su organización está a la espera de conocer datos oficiales para certificar la veracidad de dichas informaciones.
Aumento de las adicciones y del tipo de drogas
La rápida expansión de la 'sisa' ha puesto bajo alarma a las autoridades sanitarias del país. Esa proliferación supone tan sólo la punta del iceberg de un grave problema sanitario: "Fue detectada por primera vez a finales de 2010, un año después del inicio de la crisis.
Los problemas financieros han llevado al uso y tráfico de drogas más baratas, como las sintéticas, que están hechas con materias primas no particularmente caras y no siempre bajo control nacional o internacional", explica Poulopoulos, un experto reconocido a nivel comunitario.
Esos datos han sido contrastados por el Centro Europeo de Monitoreo de la Drogas y la Adicción a las Drogas. Según dicho organismo se ha producido una grave multiplicación en la creación de drogas originales: hasta 70 nuevas sustancias sintéticas fueron detectadas en 2012, mientras que de 2000 a 2005 sólo aparecieron cinco nuevas al año.
"Dichos estupefacientes pueden ser fácilmente producidos en laboratorios caseros que pueden ser trasladados a otros lugares", añade el experto. Tal es el caso de la 'sisa': se produce de forma barata, mezclada en muchas ocasiones con ácido de pilas, aceite para vehículos y champú.
Cuanto más barato, mejor, parece ser la consigna de muchos. Seis años de recesión y tres de duras medidas de austeridad han hecho aumentar el número de adictos en Grecia y sus problemas. "La crisis ha creado un entorno depresivo en el cual los adictos sienten que no tienen ninguna perspectiva o lugar en la sociedad", enuncia Poulopoulos.
Se calcula que hasta 25.000 griegos tienen serios problemas con las drogas en un país de 10 millones de habitantes. El elevado desempleo (hasta un 27% de los griegos carece de trabajo) ha sido uno de los grandes culpables del alza en los problemas derivados de las adicciones. Preocupa especialmente la cifra de desocupación juvenil, cifrada en más del 64%.
Aun así, según la agencia europea antidroga, el heleno sigue siendo uno de los estados con menos adictos durante toda su vida: sólo tienen problemas permanentes con las drogas uno de cada diez ciudadanos.
Una mujer infectada con VIH en el centro de Atenas junto a su novio. | Reuters
Contagio de VIH al alza
Uno de los resultados de la depresión y la falta de salidas en la Grecia actual para los consumidores habituales de droga ha sido el aumento en el contagio de enfermedades infecciosas como el VIH: "Los adictos se han convertido en más auto-destructivos durante la crisis y ahora es más común compartir jeringuillas. También ha descendido el uso de condones durante el coito, suponiendo tales prácticas el aumento en los contagios de VIH", señala el experto.
Según los datos manejados por las organizaciones sociales y las autoridades helenas, la incidencia del VIH entre los consumidores de droga inyectada a través de jeringuillas aumentó un 1.500% sólo de 2010 a 2011, cuando se dieron 256 nuevos casos.
Quienes luchan contra los estupefacientes y sus efectos secundarios trabajan en Grecia en un contexto de crisis y presupuesto menguante. El Kethea de Poulopoulos ha perdido a 70 de sus 500 trabajadores desde que comenzaron los problemas económicos. "Las agencias de tratamiento hemos pasado por cortes de presupuesto y la carga de trabajo se ha incrementado. Hay una incertidumbre e inseguridad constante acerca del futuro de la sanidad y los servicios sociales helenos", lamenta.
Okana, la organización griega a cargo de suministrar metadona como tratamiento, alertó a principios de mes de estar a punto de agotar todas sus reservas de dicha sustancia.
Esa situación de incertidumbre no sólo afecta al tratamiento por parte de los doctores, sino también de los tratados. "Ahora hay una menor motivación para el tratamiento porque muchos creen que, incluso si consiguen liberarse de las drogas, será muy difícil para ellos integrarse en una sociedad en la que el desempleo es tan alto", expone Poulopoulos. Esa situación aumenta también el riesgo de recaídas de quienes ya habían superado sus problemas.
El Gobierno heleno ha afrontado el parte del asunto desde una perspectiva controvertida: en marzo decidió ordenar una redada policial en el centro de Atenas y transfirió a 132 adictos que viven en la zona a un centro de detención de inmigrantes a las afueras de la capital. Los soltó al poco tiempo, argumentando que habrían recibido mejor tratamiento médico en las instalaciones oficiales.
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