Jamás el Sanedrín pretendía manchar sus manos con ser los autores materiales del vil asesinato de Jesús de Nazareth, aunque si fueron los ...
Jamás el Sanedrín pretendía manchar sus
manos con ser los autores materiales del vil asesinato de Jesús de Nazareth,
aunque si fueron los autores intelectuales.
Hábilmente manipularon a Poncio Pilatos
para lograr su cometido, puesto que el discurso de Jesús de Nazareth los ponía
en entredicho. Una sociedad judía que padecía el estricto cumplimiento de más
de 300 preceptos religiosos el cual mantenían sumisos a toda Judea, para
atender el orden jerárquico aplicado por las autoridades judías.
Los Romanos, una vez apoderados de toda
Palestina, toleraron la tradicional religión judía, so pretexto de que
sometieran a pagar los impuestos al César.
Éste fue uno de los temas al que acusaron
falsamente a Jesús de Nazareth en el Juicio Político, el no pago de impuestos
al César, tergiversando claramente lo expresado por Jesús.
Sentenciado a muerte, Pilato logra aliviar
sus temores de verse como un traidor a Roma, aplica la pena máxima de acuerdo
con el Derecho Romano a los conspiradores contra la estabilidad del imperio. E
ahí las contrariedades del ser humano que aún se siguen repitiendo en nuestros
tiempos contemporáneos.
En el interín, lo envía de vuelta a Herodes
Antipas, hijo de Herodes El Grande, un jefe político religioso impuesto para
garantizar el orden territorial que respondía a los intereses de Roma para
atender el caso de Jesús, pero éste tampoco quiso asumir y mancharse de sangre
en vísperas de la magna fiesta judía de la Pascua. Remitiendo nuevamente a
Jesús hasta el pretorio en el Palacio de Pilatos.
La Vía Dolorosa
Las calles empedradas de Jerusalén fueron
convertidas en el escenario del peor de los magnicidios de la Historia de la
Humanidad. Vía del Tormento, sus estrechas dimensiones le permitieron escuchar
el eco de decenas de voces que insultaban y blasfemaban al "Varón de
Dolores "en su camino al momento supremo de la oblación, el Cordero de
Dios que sube al matadero el monte del Gólgota en las afueras de Jerusalén.
La Ley Romana mandaba que cada reo de
muerte llevara a sus espaldas el madero grueso del tormento. Jesús de Nazareth
no fue la excepción. Débil, desangrado,
deshidratado, en ayunas, destrozado su rostro (no tenía apariencia humana por
los hematomas de los golpes), abandonado por los suyos (aún sigue esta actitud
usada por muchos en nuestros tiempos), asedia lentamente al cerro, para su
encuentro con la muerte.
La tradición nos habla de tres caídas, pero
estudios científicos hacen referencia de muchas caídas repetidas a lo largo de
la vía dolorosa.
En el Gólgota
El peso del cuerpo de Jesús de Nazareth
estaba a punto de iniciar la segunda tortura final, "La Crucifixión
". A diferencia de la "Flagelación" era el tormento mortal. Este suplicio inventado por el Imperio Persa
fue aplicado a otros pueblos y usado por los romanos.
Consistía en clavar manos y pies del
ajusticiado al madero en forma de cruz. El peso del cuerpo descansaba sobre el
"sedile" (especie de cuña de madera) saliente del tronco.
Para hacer morir a los ajusticiados se les hacía
quebrar las extremidades inferiores para acelerar la muerte.
Expertos médicos de nuestra era
contemporánea explican que los dolores de Jesús de Nazareth en la cruz, ante
las torturas recibidas fueron atroces desde el punto de vista de la medicina
moderna.
Sus órganos internos (pulmón y corazón)
colapsaron de sangre y el corazón padeció un sincope en su función rítmica.
Dios hecho hombre, muere por amor para
darse como ofrenda de Salvación por la Humanidad, a la hora nona, es decir a
las tres de la tarde.
Por su Gloria y por su Cruz, nos has
salvado Señor.
Luis J. Ceballos M.
Historiador
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