Un día una persona subió a la montaña donde se refugiaba una mujer ermitaña que meditaba, y le preguntó: - ¿Qué haces en tanta soled...
Un día
una persona subió a la montaña donde se refugiaba una mujer ermitaña que
meditaba, y le preguntó:
- ¿Qué
haces en tanta soledad?, a lo que ella le respondió: -Tengo mucho trabajo.
- y, ¿cómo
puedes tener tanto trabajo?, no veo nada por aquí…
-Tengo
que entrenar a dos halcones y a dos águilas, tranquilizar a dos conejos,
disciplinar a una serpiente, motivar a un burro y domar a un león.
- ¿y,
por dónde andan que no los veo?
Los
tengo dentro. 👈
Los
halcones se lanzan sobre todo lo que se me presenta, bueno o malo, tengo que
entrenarlos a que se lancen sobre cosas buenas. Son mis ojos.
Las dos
águilas con sus garras hieren y destrozan, tengo que enseñarles a que no hagan
daño. Son mis manos.
Los
conejos quieren ir donde ellos quieren, no enfrentar situaciones difíciles,
tengo que enseñarles a estar tranquilos, aunque haya sufrimiento, o tropiezo.
Son mis pies.
El
burro siempre está cansado, es obstinado, no quiere llevar su carga muchas
veces. Es mi cuerpo.
La más
difícil de domar es la serpiente. Aunque está encerrada en una fuerte jaula,
ella siempre está lista para morder y envenenar a cualquiera que esté cerca.
Tengo que disciplinarla. Es mi lengua.
También
tengo un león. Ay… qué orgulloso, vanidoso, se cree ser el rey. Tengo que
domarlo. Es mi ego.
-Como
ves, amigo, tengo mucho trabajo.
¿Y tú,
en que trabajas?
👆🙌🙌🤗😘😘 Evelyn Lineth Vargas Psicóloga
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